Retrato de un hombre de acciones  
Los dominicanos somos guerreros, somos gladiadores de la vida. Están quienes poseen la valentía en los genes, como Juan Bautista Vicini Lluberes, considerado uno de los jóvenes empresarios más importantes del país y quien se perfila a liderar el relevo generacional del sector empresarial nacional. Nació en 1975 en el seno de la familia Vicini, uno de los grupos empresariales de mayor tradición en República Dominicana. Cursó la carrera de economía en Babson College, en Massachusetts, Estados Unidos. Es miembro directivo del Grupo Vicini, del Banco del Progreso y de la editora Listín Diario.
Por tradición familiar, prefiere ser un hombre de acción que centro de atención. Pero es oportuno destacar que a los 29 años solucionó la crisis financiera del Banco del Progreso. Su decisión responsable salvó al sistema financiero en la República Dominicana. Ahora su mirada la ha puesto sobre la frontera dominico- haitiana, espacio que permanece vacío.  

Por: Revista Emprendedores

¿En qué consiste y cómo se podría invertir en nuevos negocios en la frontera dominicohaitiana? Hay una población menor en el territorio fronterizo dominicano que en el haitiano. La población de esta zona haitiana es tres o cuatro veces mayor. Hay mucha gente, existe mucha pobreza y la línea fronteriza divide las economías, pese a que el intercambio comercial es de –aproximadamente- mil a mil quinientos millones de dólares al año. Haití es el segundo socio comercial más importante de la República Dominicana. Pero la frontera está vacía. Mi tesis es lo que se haría si existiera infraestructura en este territorio, si se le prestara atención a este punto de intercambio. Al ser la única frontera terrestre, el costo de exportación es menor que hacia cualquier otra parte del mundo. Además, en lugares como Juana Méndez se ha desarrollado un comercio persona a persona. Existe crédito de comprador y vendedor, allí por generaciones las familias se visitan para vender y comprar productos. Este movimiento económico se ha producido sin la atención, o con muy baja atención, de los gobiernos de los dos países.

¿Usted forma parte del proyecto concebido por un grupo de empresarios dominicanos y haitianos, el cual divide la frontera en cuatro secciones? Entiendo que la situación demográfica de ambos países es crítica. La población es muy joven en estas naciones, está por debajo de los 25 años. Eso quiere decir que en el próximo cuarto de siglo la mitad de la población será parte de la fuerza laboral, se calcula 4.5 millones en cada país. Requerimos de un esfuerzo enorme para abrir plazas de trabajo. Y considero que es posible abrir más plazas laborales en los puntos donde más se justifica y donde menos trabajo existe.

¿Cómo se ha previsto el desarrollo de estas plazas laborales? Cada una tendrá una especialización en el desarrollo fronterizo. Por ejemplo, en Dajabón y Juana Méndez está previsto un proyecto de urbanización de 10 mil viviendas con infraestructuras urbanas e intercambios comerciales; estas localidades serán convertidas en una zona franca binacional especial. En el municipio de Pepillo Salcedo se proyecta el reacondicionamiento del puerto de Manzanillo para mejorar la logística y el desarrollo del intercambio comercial extranjero. En la zona fronteriza haitiana se crearía un puerto seco donde se ubicará un centro de acopio binacional a una milla de distancia del enclave. Este puerto brindaría servicios de exportación, importación y almacenamiento con un incentivo para el desarrollo de empresas en ambos lados de la frontera, se piensan firmar acuerdos comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea. El puerto binacional de Manzanillo, por su ubicación estratégica, disminuiría los costos y el tiempo de transporte desde y hacia Estados Unidos. A su vez, estas inversiones crearían cientos de nuevos empleos, brindarían sostenibilidad para empresas existentes y servirían de catalizadoras para nuevas inversiones.

¿Tendrán proyectos alrededor del río Artibonito? Hemos concebido la zona de Elías Piña y Comendador para el desarrollo de alrededor del río Artibonito. Se calcula que las personas dedicadas a la agricultura agrupadas en cooperativas pueden producir hasta 45 toneladas de caña de azúcar por cada hectárea y alcanzar un valor de ventas de 450 millones de pesos en seis meses. También, proponemos cosechar tabaco en la ribera, pues es una actividad económica de quienes la habitan pero no están organizados. Además, proyectamos poner en operación una barcaza de 500 toneladas que transporte productos en el afluente. Para el área comprendida entre Jimaní y Mal Paso proyectamos el rescate de los lagos Azuey y Enriquillo para desarrollar una hidroeléctrica que genere 300 megavatios, con capacidad para ampliar la generación utilizando las instalaciones para almacenar energía limpia que se utilice en ambos países. En la zona de Pedernales y Anse-à-Pitres proyectamos convertirla en la sede de festivales internacionales para la celebración de la cultura binacional. Se trata de un proyecto retador y emprendedor desde el punto de vista emprendedor, la palabra frontera es una motivación para todos los grandes emprendimientos y desarrollos industriales. Las grandes aventuras empresariales se han desarrollado en fronteras económicas.

¿Cómo sería el modelo de financiamiento, público o privado? Unos fondos provendrán del sector público. También habrá un fondo privado, manejado por este sector. Un tercer fondo de inversiones será público y privado, con la supervisión de ambos sectores, el cual serviría de vehículo para canalizar las inversiones de ambos países. El cuarto fondo sería público y privado binacional, también con supervisión pública y privada; serviría de vehículo internacional para recibir inversiones.

¿Y no deberían los gobiernos de los dos países ponerse de acuerdo para el desarrollo fronterizo, crear las condiciones de inversión; y que el sector privado espere que esto suceda para involucrarse y ser parte del desarrollo económico de la frontera? Bueno, podríamos esperar 20 ó 30 años para que la línea fronteriza colapse y se requiera por obligación que los gobiernos de ambos países atiendan la situación. Las prioridades que tienen ambos gobiernos, más el haitiano que el dominicano, son inmediatas. Y dentro de los diferentes capítulos de inversión y de gastos, la coinversión fronteriza no solamente está más allá que prioritario para ellos, sino también los retos jurídicos de inversión y toda la elaboración que la precede es tal que asusta a cualquiera. Para mí los componentes de la crisis que tienen ambos países provocan buenas inversiones que lograrían que tanto los dominicanos, buscando nuevas oportunidades, como los haitianos, acudan a la frontera donde se encontrarán grandes nichos si se hacen inversiones públicas y privadas donde el Estado tendría que aportar muy poco, no mucho más que simplemente los contratos o licencias, y lo haría tomando participación en los fondos de inversión pública el sector privado. Mientras que el sector privado de ambos países aportaría parte del dinero; también provendrían de inversionistas internacionales y organizaciones que trabajan por el desarrollo fronterizo.

¿Cómo y dónde se puede invertir para crear el desarrollo al cual se refiere? Nosotros no estamos pretendiendo hacer las inversiones que generarán la totalidad de las soluciones, sino simplemente aquellas que crearán la base macroeconómica para que en el mercado de ambos países se desarrolle la zona. Nos hemos concentrado en cuatro puntos fronterizos que son los más importantes porque es por donde actualmente cruza la mayoría del comercio y donde hay un mayor flujo de personas. Es importante decir que la gran mayoría de las personas que migran a la República Dominicana desde Haití, lo hacen los días de mercado, podríamos hablar que unas 100 mil personas entran y salen de la ciudad de Dajabón. Los cuatro puntos son -precisamente- el área entre Juana Méndez y Dajabón, Pepillo Salcedo y Manzanillo. La otra zona sería el área de Anse-à-Pitres, el valle del Artibonito, que es la cuenca hidrográfica más importante del país; esa sería una fundamentalmente agrícola y agroindustrial, aprovechando esa cuenca hidrográfica para darle a Haití una mayor capacidad de irrigación; aprovecharla de forma sistemática para lograr que los cinco ríos que conforman esa parte sean también una infraestructura de transporte de productos agrícolas de elaboración agroindustrial. Después está la zona de Jimaní y Mal Paso que es por donde transita la mayoría del comercio por camiones de República Dominicana. Ahí se presentan unas coyunturas especiales que harían del lago Enriquillo y el Azuey el almacén de energía eléctrica más grande de su clase. Y en la zona de Pedernales y Anse-à-Pitres, del otro lado, falta gente, por lo cual se nos ocurre llevar al sector turístico dominicano y a la zona sur, en las costas de Haití que se están desarrollando ahora principalmente en la isla de Vaches.

¿De qué manera se trasladarían los turistas? Con el aeropuerto de Punta Cana, y el que se desarrollará entre Pedernales y Anse-à-Pitres, se creará una experiencia de mayor aventura en la zona de Pedernales, porque ahí lo que queremos es, básicamente, llevar la gente para construir poco a poco la infraestructura vial que conecte Pedernales con el área del lago Enriquillo. Ahí se justificaría un gran sueño del mayor general Rafael Luna Pichirilo (Director General de la Defensa Civil), que se conectara real y efectivamente una la costa norte y la costa sur por la frontera. Serviría tanto de control migratorio como de seguridad y el canal posible porque el comercio que se generaría en esos cuatro puntos lo justificaría.

¿Cuándo se debe iniciar esta inversión y en qué tiempo se podrían ver los resultados? Ya esta inversión comenzó. Tanto el empresario Fernando Capellán como yo, y otros empresarios en Haití, aportan para los estudios técnicos que presentaríamos frente a la comisión mixta bilateral de alto nivel. Presentaremos la estructura de fondo de inversión privada de cara a cada país, la estructura de fondo público y privada. Y ahí lo que vamos a mostrar son las estructuras de inversión abiertas, es decir, podrá invertir todo el mundo de República Dominicana. Los empresarios haitianos tendrán esta oportunidad. Habrá un fondo binacional para capturar fondos de inversión internacional.

¿Cuál ha sido la respuesta de la contraparte privada haitiana? ¿Está de acuerdo con esta propuesta que tiene el sector empresarial dominicano? En la última visita que tuve en Haití llegué tardísimo al hotel que me estaban esperando. En el salón de conferencias había entre 14 y 15 empresarios, pues fue un foro de emprendedores haitianos que nos convocó. A ellos los habían preparado para oponerse al proyecto nuevo hasta que no fueran aprobados otros proyectos de inversión y a que se resuelvan una serie de iniciativas comerciales que tienen. Lo que resultó fue lo contrario, la juventud empresarial haitiana se motivó tanto con la presentación que hicimos que todos los técnicos de las empresas que estaban ahí se ofrecieron como voluntarios para apoyarnos en desarrollo de los estudios de factibilidad y técnicos.

¿Por qué la oposición del empresariado haitiano en un principio, a la cual se refirió? El representante del grupo empresarial señaló que había que resolver los temas comerciales primero, pero no quedó muy bien su postura porque la nuestra es que una cosa no quita la otra y que la inversión fronteriza lo que hará es precisamente usar las preocupaciones de ellos para que no sientan que se están oponiendo de balde. Ellos no se están oponiendo a un proyecto de inversión, pero su queja comercial es que no existe una reciprocidad en el comercio dominicano que exporta mucho, ellos importan mucho pero no exportan nada hacia acá; también se quejan de que hay trabas no arancelarias, las cuales fueron tratadas en un foro que preparó el Ministro de Industria y Comercio de República Dominicana con su homólogo haitiano en Santo Domingo. Sin embargo, considero que se ha generado una sinergia y una intención real de buscarle soluciones a esos problemas comerciales.

¿Cómo propagará este proyecto en la República Dominicana? Haré una visita a las instancias dominicanas, al centro Bonó y a las academias; sí, a las universidades, para hacer una presentación de los proyectos. Desde el punto de vista de emprendedores estamos en una fase donde se puede participar en el desarrollo de estos proyectos hasta en la parte del desarrollo técnico, y ser un inversionista temprano, o sea, al inicio, donde se captura la inversión y puede ser con poca inversión, incluso hasta con tiempo y aporte de soluciones técnicas y de estudios y análisis. Será un proyecto muy abierto.

¿Esta es una idea de Juan Bautista Vicini Lluberes o realmente hay un grupo de empresarios, y cuál es la intención o la voluntad del gobierno dominicano en esta propuesta? Esto es una iniciativa que corre. Es importante la velocidad a la que ha corrido y es lo que ha impresionado a la parte haitiana, y también creo que impresiona a los empresarios dominicanos, porque nadie se esperaba conseguir el apoyo de la Unión Europea, de las Naciones Unidas y el gobierno estadounidense, que se está comprometiendo a aportar parte de los fondos que invertirán en los estudios técnicos. Se ha visto que estas son soluciones integrales, pragmáticas, que integran a toda la comunidad fronteriza y que son proyectos de desarrollo auto-sostenibles y a la punta de las nuevas tecnologías y la preservación del medio ambiente.

¿Por qué le está dedicando tanto tiempo al tema haitiano teniendo tantas responsabilidades: presidente del Banco del Progreso, del Listín Diario, socio de Vicini con muchísimos frentes abiertos? ¿Por qué? Esa expresión es similar a la de los consejos de directores de todas esas empresas, así como la de mi esposa. La realidad es que si no comenzamos a invertir en la frontera dominico-haitiana- estaría dejando un problema inmanejable a las futuras generaciones por la cantidad de oportunidades que tenemos que desarrollar para los jóvenes dominicanos. Si a eso le agregamos el déficit de oportunidad gigantesco que hay en Haití, no habría más que una presión, ya no se aguantaría la presión migratoria y tendríamos una situación donde las típicas personas que no asumen responsabilidad por sus acciones estarían apuntando a que todo el problema de la República Dominicana se debe a la inmigración haitiana o se debe a los políticos, los empresarios. Creo que si la frontera no se desarrolla debería empezar a empacar desde ahora, y ni es mi carácter ni es mi forma. Yo prefiero pasarme los próximos 15 años luchando por desarrollar la frontera y dedicar todo mi esfuerzo y todo el dinero que controle para eso porque creo que sería el mayor aporte que hago a la economía, a mi propio bolsillo también, porque esto es una iniciativa comercial, y a las futuras generaciones de la República Dominicana.

Acaba de mencionar a su esposa, ¿qué significado tiene para usted la familia? Bueno, esa pregunta sería mejor que ella –su esposa- la conteste. La realidad es que todo lo que yo hago, hasta mi ausencia en la casa, lo hago porque definitivamente creo que la familia es el núcleo que sostiene a las sociedades y es la primera constitución que se hace, es un compromiso que libremente hacen las personas cuando se unen por el amor y por formar una familia. Es la primera institución en la cual el humano compromete su libertad en beneficio, en ese caso, del derecho a la vida, que más que un derecho es un deber a la vida que se asume en ese momento. Yo creo que es lo que motiva todas mis acciones, aunque a veces no me parezca, porque realmente a mí me preocupa la integridad de la familia mía y la dominicana.

Recientemente le vi en una entrevista con la periodista Alicia Ortega, quien le hablaba de que Vicini se ha convertido en un mito, una familia que no daba la cara y de repente Juan Bautista Vicini Lluberes ofrece una entrevista exclusiva, ha participado en varios foros y esta entrevista para la revista Emprendedores. ¿Le preocupa cómo piensa la gente de la familia Vicini, sí o no? Yo creo que la gente que conoce a la familia Vicini conoce bien y sabe que somos gente de trabajo, comprometida y que siempre hemos podido andar libremente porque siempre hemos sido comprometidos con el desarrollo y en momentos difíciles siempre hemos estado presentes y nuestro dinero, nuestro enriquecimiento se mantiene en las empresas y en el crecimiento de ellas creando oportunidades. Yo no sé realmente cómo piensa la gente, porque uno lo que ve es todo tipo de cosas y la gente tiene la libertad de decir lo que quiera, pero a mí me preocupa más la gente que está trabajando cada día por la educación de sus hijos y por crear mejores oportunidades, que está en su casa y no dando entrevistas, la gente que permanece callada y son la razón por la cual se sostienen las economías en los países. Y yo creo que esa gente no tendrá ni una mala idea de nosotros. Y la razón por la cual hemos tomado un programa público es porque las circunstancias lo requieren. Yo quisiera estar tranquilamente en Azua, en una playa, con todos los problemas que me preocupan solucionados, pero eso lo dejaremos para cuando ocurra. 

El fundamento principal del programa Emprendedores, de la feria, de la revista y todas estas iniciativas es incentivar el espíritu emprendedor en jóvenes y adultos en la República Dominicana y decirles que con sacrificio, con esfuerzo y persistencia, los dominicanos podemos. ¿Cuál es el mensaje tuyo para la juventud dominicana y para todos los emprendedores? A veces es difícil. Parecería que tanto esfuerzo y tanta lucha por un negocio no vale la pena, incluso, más cuando surgen dificultades y todo el trabajo parece que se pierde. Eso es lo que hace una persona emprendedora, y las más fuertes y las más exitosas son los que precisamente cuando caen dicen: “Bueno, la próxima vez no cometo ese error, ni este ni este ni este”. Y no lo cometen, porque lo aprenden sobre el bolsillo. Les digo a las personas emprendedoras que no se desmotiven, que aprendan de sus faltas y de lo que el mercado les proporcionó y al final la satisfacción más que el dinero, aunque es necesario, fundamental yo diría para los negocios, pero la recompensa al final es sentirse que cada día, como dice un amigo mío, se es emprendedor. Uno se mira en el espejo y dice: “Bueno hoy lo voy a hacer mejor que el día anterior”. Y si uno toma eso como una disciplina sistemática, los negocios resultan. Porque las ideas, el esfuerzo y el trabajo siempre traen el beneficio cuando se mira con esa actitud. Pero, te voy a decir algo. Hace diez años, cuando ocurrió ese evento que tú me dijiste (se refiere a los problemas financieros del Banco del Progreso), los jóvenes empresarios querían reconocerme. Fue cuando te dije que yo no necesitaba ni quería reconocimiento en ese momento, pues lo que hice fue tener la responsabilidad de recoger el lío, la basura que había dejado otra persona anterior, y que eso, más que reconocérmelo, los jóvenes empresarios lo que deberían estar encajonados de que tuviera que ocuparse una persona como yo, que podría crear tanta oportunidad, podía dedicarse a cosas que podrían desarrollar el país, que tuviera de repente una situación donde su capacidad y su dinero no estarían generando el mejor crecimiento. Recuerda que te dije que lo que podían hacer para reconocerme era tirar para adelante. Porque fundamentalmente eso es lo que es Vicini, un inversionista. La mayoría de nuestras inversiones están fuera de compañías donde no somos el operador. Estamos siempre identificando a buenos trabajadores y a buenos emprendedores que estén dispuestos a echar el pleito en ocasiones. Hemos medido mejor a la gente, no por como produce dinero sino como lo pierde, porque ahí es como se demuestra la responsabilidad.

¿Sientes algún obstáculo que impida lograr tu propuesta de invertir en la zona fronteriza dominicohaitiana? Once años después, frente a una situación donde planteó que quiero invertir en la frontera, lo que he visto son personas con muchas ganas de que la gente no se desarrolle, muchas personas que se quejan de todo, y cuando hay una iniciativa la critican. Está bien que la critiquen, pero que la bloqueen es otra cosa. Las economías tienen, cuando son jóvenes como la de la República Dominicana, una gran cantidad de carga, pocas personas en el sector productivo para la cantidad de niños, ancianos y gente sin trabajo. Si a eso se le agrega que además el que no quiere trabajar no quiere que el otro trabaje, entonces tenemos problemas. Yo te diría que frente a los próximos 15 años de trabajo que me faltan, pues me gustaría retirarme siendo joven y que mi esposa no me reproche que nunca estoy en la casa; yo querría que mi actitud fuera un poco diferente, a mí me gustaría que si no están dispuestos a aportar entonces que se quiten del medio y nos dejen trabajar. Porque se van a arrepentir de la República Dominicana que resultaría y van a estar pidiendo. Si dejamos que el país no se prepare para proveer soluciones a las demandas de 4.5 millones de jóvenes en República Dominicana, menores de 25 años, y para 4.1 millones de jóvenes haitianos en la frontera, nuestro futuro es incierto. Porque aunque las cosas se están haciendo en Haití, nosotros no podemos asumir el riesgo de dejar la tarea simplemente a su suerte. Porque nos corresponde a nosotros también, eso, porque como yo digo, tenemos que apuntar a ser un país del primer mundo en 2030, para poder vivir en un país no tan desarrollado pero a los niveles soportables y donde se reduzca la miseria a cero.

¿Cómo le gustaría que sus hijos le recuerden o cuál legado le gustaría dejarle a su familia. Tomando en consideración que ustedes vienen de una larga tradición, de más de 100 años? Pregúntame cuando tenga 75 años (se ríe). Pero, definitivamente, yo quisiera que ellos de mí tengan un ejemplo de que los países, las naciones, se conforman de personas que tienen derechos pero también tienen deberes y responsabilidades y cuando uno está en una situación de privilegio y de poder no lo tiene nada más por lo que uno hace sino por lo que los otros le permiten. Y ahí yo creo que mi grupo y mi familia se han ganado estar en esa posición a través de generaciones de trabajo y de dedicación y de no huirle a los problemas. Entonces, a mí me gustaría que mis hijos aprendan de mí, de que hicimos lo que pudimos y que dejamos algo mejor que lo que recibimos.

TENIS DE ORO PARA FERNANDO CAPELLÁN
Juan Bautista Vicini Lluberes habló de lo importante que es reconocer a los empresarios que cuando tienen un fracaso encuentran cómo resurgir. Contó que hay que reconocer a los emprendedores que saben aprender a reiniciar tras las caídas. Puso de ejemplo a Fernando Capellán, quien tras diversas dificultades aprovechó las oportunidades que se brindaban en Haití para instalar una de las zonas francas más importantes de la isla, y la más importante de Haití. Pidió que en las próximas Feria de Emprendedores de la República Dominicana se reconozca a empresarios que vuelven a empezar. Y para dar comienzo al reconocimiento, dijo que cuando hay casos, como el de Capellán, es cuando hay que colgar los tenis, por lo que llevó a la entrevista unos tenis de oro que envió al emprendedor santiaguero. La FERD 2015 acoge la propuesta del líder del grupo Vicini con agrado, quedando instituido el premio.