Entrar por sus puertas invita a desconectarse. Cada espacio en su interior está perfectamente ambientado: la iluminación, el mobiliario, los detalles en sus rincones y –sobretodo- sus jardines; estos son el principal atractivo del también conocido “lugar escondido de Piantini”.

Le Placette es un restaurante que enamora. Ubicado en el mismo corazón de Piantini, es un el punto de encuentro para los que desean escapar de la rutina diaria sin salir de la ciudad.

El establecimiento se encuentra dentro de la categoría bar & lounge, y la idea de su creación surge de la mano de los señores Ana María Mejía y Alexander Narváez, quienes apasionados por la gastronomía y con la idea clara de ofrecer un punto de encuentro para disminuir los niveles de estrés que se viven a diario en la ciudad, pusieron en marcha las operaciones del lugar en septiembre de 2014.

“La idea de emprender con Le Placette RD surgió dentro de un grupo de amigos y el primer concepto para crearlo fue de bar y tapas para ir después del trabajo. Con el tiempo, nos fuimos adaptando a lo que nos pedían nuestros clientes e incorporamos un menú más amplio y en otros horarios”, explicó Alexander Narváez, propietario.

Desde su apertura, se fue convirtiendo en un espacio “afterwork” de preferencia para compartir con amigos a ritmo de una buena música, celebrar cumpleaños o disfrutar de ocasiones especiales, como la realización de propuestas de matrimonio.

“Nos enfocamos en ser un lugar que ofrece a nuestros clientes una experiencia mejor que la anterior para que así deseen volver. Ese es nuestro sello. De hecho, estamos conscientes de que la ciudad de Santo Domingo posee una amplia variedad de ofertas de restaurantes, pero nos gusta sentir que no competimos con nadie más que nosotros mismos.”, apuntó Narváez.

Sobre el diseño de su menú, se destacan por poseer influencias nacionales e internacionales y, aunque no tienen un tiempo estrictamente establecido para incluir nuevas propuestas gastronómicas, su misión es estar siempre a la vanguardia de  los platos del momento e ir conforme al gusto de quienes les visitan.

“La inclusión de nuevos platos está muy ligada a las tendencias del mercado y en especial a las exigencias de nuestro público. Nos enfocamos tanto en lo que solicitan nuestros clientes que hemos llegado al colmo de cocinar lo que nos piden, aunque no esté en la carta”, puntualizó Ana María Mejía, copropietaria.

Como restaurante se especializan en platos inspirados en los sabores de la comida latina, desde arepitas venezolanas y canasticas dominicanas, hasta el ceviche peruano. Sin embargo, ofrecen una amplia variedad de platos a escoger.

Su carta posee más de 45 opciones divididas en nueve partes: entradas, crepés salados, risottos, platos con acompañamiento, parrillas, postres, café y té, cócteles y vinos.

El lugar, cuyas terrazas y atenciones de su personal invitan a repetir la visita, ofrece la opción de reservas para la realización de eventos, cuenta con un menú de almuerzo, delivery y un salón privado para celebraciones o reuniones de negocios.