Todo emprendedor desea crecer en el mercado y permanecer en el gusto de sus consumidores y clientes a largo plazo. Algunos empresarios lograron la formula y sus ideas de negocios, no solo se mantienen a través de las décadas, sino que también conquistan los mercados internacionales.

Hoy compartimos el ejemplo de tres de estos empresarios, tomando en cuenta las cualidades que les llevaron a construir un legado que resiste la prueba del tiempo.

Walt Disney y su tenacidad

«Puede que no te des cuenta cuando suceda, pero una patada en los dientes puede ser lo mejor del mundo para ti».

-Walt Disney.

Tras fundar su propia compañía, Laugh-O-Grams, dedicada a la creación de anuncios publicitarios y cortometrajes, tuvo un rotundo éxito. Su personaje, Che Lucky Rabbit, se convirtió en el protagonista que le generó grandes ingresos a su compañía. Sin embargo, el éxito no le duró mucho luego de que el distribuidor del contenido se negara a darle créditos y le robara la mitad del personal que trabajaba para él.

De un momento a otro empezó a perder dinero y a ahogarse en deudas. Esto le llevó a sufrir de estrés y depresión. Sin embargo, no se desanimó. Continuó trabajando, creó al famoso personaje Mickey Mouse y en noviembre del 1928, presentó la primera película animada lanzada con sonido sincronizado mancando un antes y un después en la manera de realizar este tipo de películas. A partir de ahí nació el Imperio Disney.

Para Walt, la tenacidad la cualidad que le permitió seguir adelante a pesar de los primeros años de fracaso. ÉL tenía más de cincuenta años antes de que Disneyland se completara en 1955; Disney World abrió sus puertas en 1971 después de su muerte. Disney continuó luchando contra los fracasos y las traiciones hasta bien entrados sus años plateados. A pesar de la abrumadora presión, Disney se mantuvo en el juego.

Thomas Edison y su intrepidez

«Muchos de los fracasos de la vida son personas que no se dieron cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando se dieron por vencidas».

Tomás Edison.

Al igual que Walt Disney, Thomas Edison descubrió que el fracaso era su pan de cada día. Por cada invento doméstico, desde el sistema de luz eléctrica hasta la cámara de cine, hubo cientos de fallas y dificultades. «No he fallado 10.000 veces», dijo una vez. «He logrado demostrar que esas 10.000 formas no funcionarán».

Uno de los obstáculos más paralizantes para el éxito es el miedo al fracaso. Vivimos en una época en la que la sociedad no perdona los errores. La vida de Edison es una lección de historia sobre cómo ser lo suficientemente valiente como para seguir intentándolo y fallar hasta que la visión se convierte en realidad.

El emprendedor intrépido prospera con las mariposas, la palma sudorosa y la pura curiosidad: la filosofía de «ve a lo grande o vete a casa». Este líder sabe que más es más y no se conforma con menos. Para volverte intrépido, mira a aquellos que lo son.

¿Quién no tiene miedo en nuestra sociedad? ¿El equilibrista? ¿El niño que toma un examen desafiante sin dormir? El líder empresarial intrépido comienza con el conocimiento de que el camino se romperá y vendrán fracasos, pero el miedo es el verdadero enemigo del éxito.

Dr. Seuss y su inconformidad

«Me gustan las tonterías. Despiertan las células cerebrales. La fantasía es un ingrediente necesario para vivir».

Dr. Suess.

Theodor Seuss fue un escritor y caricaturista estadounidense muy conocido por sus libros para niños. Se hizo famoso a través del seudónimo “Dr. Seuss” luego de ser expulsado de una importante revista de humor en la que trabajaba.

La experiencia que vivió, lejos de apagar su entusiasmo, fue lo que determinó la salida de la situación difícil que atravesó a partir de allí. Tenía casi 45 años cuando logros sus sueños poniendo en práctica su arte.

Aunque su talento le llevó a ocupar posiciones como gerente de campaña publicitaria de Standard Oil y otras marcas famosas, su arte de combinar versos e ilustraciones memorables y no tradicionales tuvo poco éxito inicialmente. Su primer libro, “Y pensar que lo vi en Mulberry Street”, fue rechazado más de dos docenas de veces antes de su publicación por un viejo amigo de la universidad en 1936.

Para 1948, sus libros para niños hicieron de su seudónimo una palabra familiar. Su libro más conocido llegó a pedido de un editor que preguntó qué podía hacer Seuss para mejorar la alfabetización entre los niños en edad escolar de Estados Unidos. Utilizando una lista predeterminada de 236 palabras, Seuss escribió The Cat in the Hat, que vendió 452.000 copias el primer año.

Los juegos de palabras de Seuss y el uso no tradicional del verso, combinados con sus ilustraciones exageradas, apelan al sentido de asombro de un niño. El propio amor de Seuss por las «tonterías» y su libertad con el lenguaje aplicado a temas a menudo tabú, desde la contaminación ambiental hasta el Holocausto, empujó los límites y construyó un legado para él y millones de lectores a lo largo de generaciones.

Seuss supo ver que lo hacía diferente, abrazó su personalidad y encontró la manera de encajar sin dejar de lados sus sueños.