La depresión es un problema serio y frecuente, que concientizando al paciente para acudir al especialista si padece algunos de estos síntomas antes descritos, se puede detectar precozmente y utilizar tratamiento temprano y oportuno.
Colaboración: Yomaly Almonte, Psiquiatra
La depresión constituye uno de los problemas más acuciantes en el ámbito de salud mental. Su presencia se asocia con la disminución de la calidad de vida, incremento de las enfermedades físicas, elevadas repercusiones familiares y económicas, así como también riesgo de muerte prematura.
Es el trastorno mental más frecuente en la población. Uno de cada seis adultos experimentará un trastorno depresivo en algún momento de su vida. Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la depresión representa la principal causa de discapacidad y constituye la patología psíquica más prevalente a nivel mundial; se anticipa que para el año 2020 la depresión se convertirá en la segunda causa de perdida de años de vida saludable en la población mundial. Sin embargo, sigue siendo una patología que para muchos resulta de difícil detección, si no se cuenta con el conocimiento adecuado de que es la depresión y cuáles son sus síntomas de presentación.
La depresión es el trastorno psico-afectivo caracterizado por una disminución significativa del estado de ánimo con repercusión física y social; se han descrito diversos factores etiológicos, entre ellos biológicos, genéticos y psicosociales.
De acuerdo a la fisiopatología neurobiológica de la depresión encontramos afectación emocional, cognitiva, conductuales y físicas, manifestándose de la siguiente manera: estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, disminución acusada del interés o de la capacidad para experimentar el placer en todo o casi todo, dificultad para desempeñar normalmente sus actividades habituales, perdida o aumento de peso, perdida o alteración en la esfera sexual, insomnio o hipersomnia casi todos los días, agitación o enlentecimiento psicomotor, sentimientos de inutilidad, disminución de la capacidad para pensar y/o concentrarse, pensamiento recurrente de muerte (no solo temor a la muerte, sino ideación suicida recurrente sin un plan específico).
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5), el episodio depresivo mayor se diagnostica por la presencia mínimamente de cinco de estos síntomas durante al menos dos semanas.
DOLOR EMOCIONAL
Los pacientes por lo general describen el síntoma de la depresión como un dolor emocional, angustioso, el ánimo decaído hace que no muestren interés por las situaciones y novedades que le rodean y fijen su atención. Esto se ha convertido en un aspecto fundamental del espectro depresivo; el más importante, tal vez, es que al presentar disminución en la concentración y atención, lleva a una disminución de la cognición (capacidad de incorporar nuevos conocimientos), lo que repercute en el rendimiento laboral y escolar, originando a su vez una disminución en la autoestima, lo que hace que la depresión profundice. Dos terceras partes de estos pacientes contemplan el suicidio, y de estos, entre 10% a 15 % lo cometen.
Los síntomas somáticos o molestias corporales, tales como cefaleas, trastornos gastrointestinales, ahogos, lumbagos y otras enfermedades osteo-musculares interfieren de manera significativa en la calidad de vida del paciente: visitando inclusive varios especialistas, no enfocándose y/o prestando atención o valor al componente emocional; muchos otros lo hacen parte de su diario vivir, expresando malestar o quejas permanentes de su estado de salud. Por otro lado, está la poca aceptación del propio paciente de que puede presentar un Trastorno Depresivo Mayor de base.
Ocasionalmente todos nos sentimos melancólicos o tristes, pero estos sentimientos por lo general son pasajeros y desaparecen en pocos días. Cuando un paciente experimenta un Trastorno Depresivo Mayor este interfiere con la vida diaria y el desempeño normal y causa dolor para quien padece el trastorno, así también como para quienes se preocupan por ellos.