Tomar decisiones en el camino del emprendimiento no siempre trae consigo los resultados que se esperan. Caer y perder siempre formarán parte del proceso. Sin embargo, el fracaso no siempre implica consecuencias negativas. Si aprendemos a utilizarlo a nuestro favor, también es capaz de llevarnos al éxito.
John C. Maxwell, en su libro “A veces se gana, a veces se prende”, explica cómo puedes convertir tus pérdidas en oportunidades, y cómo puedes ver los fracasos desde una perspectiva que funcione a tu favor en cualquier aspecto de tu vida, incluyendo el de los negocios.
Aquí compartimos 10 de las lecciones que comparte:
1. Cuando estás perdiendo, todo duele. “A la mayoría de las personas no le gusta hablar de sus errores y sus fracasos. Sin embargo, las personas exitosas abordan el tema de la pérdida de manera distinta. Ellos entienden que las mayores lecciones de la vida se obtienen a partir de nuestras pérdidas siempre que las abordamos de la forma correcta”.
2. La humildad es el espíritu del aprendizaje. “La humildad nos permite recobrar la perspectiva y ver todo el panorama. Cuando no estás centrado en ti mismo o justificándote todo el tiempo o viéndote bien, tienes un mejor juicio. Mientras que el orgullo te lleva a tener una mente cerrada y siempre busca defenderse a sí mismo, la humildad te permite tener la mente abierta”.
3. La realidad es la base del aprendizaje. “Si queremos triunfar en la vida y aprender de nuestras pérdidas, necesitamos ser capaces de enfrentar la realidad y usarla para crear una base adecuada para el crecimiento. Por más que escapar de la realidad pueda darnos un alivio temporal de nuestros problemas, la verdad es que es más fácil ir del fracaso al éxito que de las excusas al éxito. No podemos crear un cambio positivo en nuestras vidas si estamos confundidos sobre lo que realmente está pasando”.
4. La responsabilidad es el primer paso del aprendizaje. “Si respondemos adecuadamente al fracaso asumiendo la responsabilidad, podemos verlo y aprender de él. Como resultado, no vamos a ser tan propensos a cometer el mismo error otra vez. En cambio, si evadimos nuestra responsabilidad, si no examinamos nuestros fracasos, no aprenderemos de ellos. Como resultado, a menudo volveremos a experimentarlos una y otra vez”.
5. Mejora el enfoque del aprendizaje. “Cuando mejoras, todo lo demás mejora también. Para lograrlo debes dejar tu zona de confort, no le temas a los errores. no dejes que los sentimientos te controlen y no te conformes con la solución fácil. Entiende que mejorar es una batalla interminable y que la mejora es el resultado de pequeños pasos. ¡Comprométete a la mejoría diaria!”.
6. La esperanza es la motivación del aprendizaje. “Cuando la esperanza se va, también se van la motivación y la habilidad para aprender porque es lo que nos da el aliento para luchar, incluso cuando nos queda poco o nada… Toma en cuenta que la esperanza es una elección. No es un sentimiento que se apodera de nosotros. Aprende a desarrollarla, volviéndote más positivo en tus pensamientos y acompañándola de acciones positivas”.
7. La educabilidad es el camino del aprendizaje. “Si quieres ser exitoso mañana, entonces debes ser educable hoy. Lo que te trajo a donde estás no te va a mantener ahí. Y ciertamente no te va a llevar a donde quieres ir. Necesitas más que una gran mente para aprender. Necesitas tener un gran corazón para aprender. Eso es lo que un espíritu educable te da”.
8. La adversidad es el catalizador del aprendizaje. “La adversidad es un catalizador del aprendizaje. Puede realmente crear ventajas para ti si la afrontas con la mentalidad correcta. Todo depende de cómo respondes a ella”.
9. Los problemas son las oportunidades del aprendizaje. “La realidad es que los problemas existen para todos. Todos tenemos batallas que pelear y cuestiones que resolver. No podemos controlar si vamos a tener problemas, pero podemos controlar cómo responderemos a ellos”.
10. Las malas experiencias son la perspectiva del aprendizaje. “Las experiencias negativas que tenemos pueden hacernos algo de bien, si estamos dispuestos a permitírselo. La próxima vez que te suceda algo negativo, permite que te ayude a aceptar tu humanidad, a aprender a reírte de ti mismo y de la vida y a mantener la perspectiva correcta siempre”.