Es imposible hablar de moda contemporánea sin mencionar a la diseñadora francesa Gabrielle Bonheur, mejor conocida como “Coco Chanel”, una de las figuras más místicas y revolucionarias de la costura universal. El sólo escuchar su nombre nos evoca elegancia, lujo y feminismo.
Pero, ¿qué hace a Coco Chanel tan peculiar? La respuesta es simple. Su legado… Coco rompió esquemas anticuados -los forros y corsés- de toda una época y edificó un estilo propio, que representa actualmente la piedra angular de la industria de la moda. Diseñó además prendas muy sencillas, cómodas, pero con un toque de distinción. Y es que, según su punto de vista, el estilo era perpetuo, mientras que la moda era pasajera.
De la pobreza a la “elite”
Solía lanzarse a lo nuevo. Así, logró convertirse en una de las principales figuras de la moda del siglo XX. Aunque no siempre estuvo en la cúspide. Su niñez estuvo marcada por la escasez y la tragedia. Era hija de un vendedor ambulante y una ama de casa, que murió de tuberculosis cuando ella tenía 10 años. El abandono de su padre, la muerte a destiempo de su madre y el vacío espiritual trazarían su modo de ver la vida. C
Pero, en medio de la miseria y la soledad, Coco encontró su pasión: coser con hilo y aguja. Su mayor sueño era convertirse en una renombrada modista. Por ello, en 1910, se radicó en París, donde rápidamente inauguró su primera tienda de sombreros, llamada “Chanel Modes”. Ya en la capital francesa se codeó con la alta sociedad europea: artistas, estrellas de cine y aristócratas.
Casa Chanel, su mayor logro
En 1918, inauguró la primera Casa Chanel, y luego se alió con empresarios para promover su perfume Chanel No.5, el más famoso del mundo. Sin embargo, sus innovaciones fueron aún más lejos: no sólo se atrevió a acortar el largo de las faldas y a descubrir el tobillo femenino, sino que forzó a las mujeres a cortarse el pelo. Acababa de crear el estilo garçon, que marcó el final de una época.
Pero, cuando se pensaba que todo iba bien, la crisis económica mundial de 1930 tocó a Coco, quien se vio obligada a cerrar sus “boutiques” y mudarse a los Estados Unidos, donde vistió a grandes estrellas de Hollywood, como Katharine Hepburn, Grace Kelly y Elizabeth Taylor. A comienzos de la Segunda Guerra Mundial, Coco cerró nuevamente sus tiendas y no fue hasta 1954, a sus 71 años, que reabrió su casa de moda, aunque ya otros diseñadores de renombre habían tomado su lugar en esta industria. Lo loable es que se mantuvo al frente del timón con dinamismo y entrega. Su estilo fue adoptado nuevamente por divas de la época, como Jackie Kennedy.
Sus últimos días
Consumida por el reumatismo y la artritis, pero sin haber dejado de poner alfileres, murió en 1971. Su cuerpo descansa en Lausana, Suiza, resguardado por cinco leones de piedra. Hoy por hoy la casa Chanel sigue funcionando. La firma lanzó -en 1984- el perfume Coco, denominado así para continuar con la tendencia impuesta por ella de asociar su nombre al de sus aromas. Es un hecho que Coco Chanel todavía está viva en el legado de su gran imperio de la moda.