Cuando uno escucha el nombre de Colombia, la mente invita a muchas emociones y recuerdos, unos muy especiales como el aroma de un café balanceado y sabroso, otros la historia de un pueblo que ha sufrido hasta hoy de una incongruencia social hacia la paz. Cuando se escucha el nombre, se está en frente a una marca fuerte, un país de impacto.
Nada ha detenido a una historia de país que al final es fascinante, encantadora y que deja a cada visitante con los firmes deseos de volver. Escribir sobre la marca país Colombia, en mi caso, es limitado porque lo que yo he podido visitar son las dos principales ciudades: una vez conocida como Santa Fe de Bogotá y Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín.
Cualquiera pensaría que si uno visita las dos principales ciudades es suficiente. Yo creo que Colombia tiene tanto que mostrar que hace falta ver más que estas dos bellas ciudades, aunque es un excelente punto de referencia. El principal activo de Colombia es su gente, y debería ser así en cada lugar que uno visita. Nadie puede rebatir que se enamora de un lugar antes de ir por las atracciones que ese destino ofrece. Luego, se descubren a las personas. En el caso de Colombia, la recompensa es gratamente desbordante.
Colombia encanta con sus cafés (sí, para mí tiene que ser en plural, porque tiene de todo), sus bocadillos, su naturaleza, su expresión artística, y –de nuevo– los colombianos. En el caso de Colombia, descubres su gente al instante. No es el “acento”, es el reflejo de una educación cívica por encima de la media, o al menos, por encima de lo que estamos acostumbrados. En medio de una historia muchas veces con episodios convulsos, enfrentamientos y dolor, el colombiano te muestra su mejor cara y con una actitud especial, seas “paisa” o “rolo”. Cada uno tiene lo suyo. Qué mejor marca de un país que su gente, mostrando una gran actitud.
Esas ciudades grandes de Colombia tienen el placer de un clima agradable; clima que se extiende a los indicadores económicos, perfilándola como un país que está entre los primeros cinco para hacer negocios, según reporte de Doing Business Index 2015 del Banco Mundial, y también en los primeros cinco del Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial. Es la #2 en sostenibilidad empresarial para la región, según un estudio reciente del Global Reporting Initiative (GRI) y A.T. Kearney. Colombia es atractiva para negocios y visita turística. Bogotá en el 2015 fue la octava ciudad más visitada de Latinoamérica, según un informe sobre Destinos Globales de Turismo hecho por Mastercard.
Vivir la experiencia Colombia te marca. Agende su visita y comprobará lo bien que la va a pasar. Piense estar en un encantador espacio de algún hotel colonial de Cartagena de Indias o en uno “chic” de Bogotá. Taza de café, releer al “Gabo” o contemplar a “una” de las de Botero. Si va en Navidad o en el Festival de Las Flores, Medellín le puede robar el aliento. Las opciones abundan, las emociones perduran.