La vida o la providencia dirigieron los pasos de Paola Santana, una joven abogada dominicana, experta en políticas públicas, hasta Silicon Valley, y -sin nunca imaginárselo- fundó, junto a su socio, el griego e ingeniero aeronáutico Andreas Raptopoulos, una empresa tecnológica pionera en la creación de redes de drones, llamada Matternet, cuya misión es hacer impacto social a través de la transformación del sistema de transporte. En la actualidad, su principal inversionista es la Mercedes Benz. Y sus cinco versiones de drones (tres prototipos y dos comerciales) han volado en cielos de Haití, República Dominicana, Estados Unidos, Papúa Nueva Guinea, Bután, Suiza, Malawi, entre otros.
“Tenía que haber “momentum”; tenía que haber alineamiento de todas las cosas en el universo en el momento ideal, con las personas ideales, para poder hacer ese sueño realidad”, indicó Paola Santana. Pero, ¿cómo llegó a donde muchos le cuesta llegar, sin experiencia ni preparación tecnológica y proveniente de un país en desarrollo?… Luego de graduarse de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) en 2009, y mudarse a los Estados Unidos en 2010 para continuar sus estudios en la Universidad George Washington -con una beca Fulbright- en el corazón de la política estadounidense, Washington DC, decidió hacer la transición que le cambiaría la vida: ingresar a Singularity University, un programa educativo y de incubación de empresas con sede en el Nasa Research Park, en California. Allí en 2011 se fundó Matternet.
“Nosotros sabíamos que si lográbamos crear ese primer producto, una compañía visionaria, que no tuviera miedo del cambio, si podíamos cambiar muy rápido, podríamos crear el producto que ambicionábamos; eso costó 4 años, y luego un año más para comenzar a cerrar contratos de peso, y luego otro año más para cerrar contratos comerciales, y otro año más para sacar la segunda generación de drones y otro año más para tener inversión multimillonaria”, precisó.
Los drones autónomos de Matternet pueden transportar cinco libras de pequeñas mercancías (documentos o medicinas) en recorridos de acceso limitado de unos 20 o 30 kilómetros a través del uso de una app desde un celular, donde se le establece la ruta a seguir. Hoy, esta tecnología se emplea para ayuda humanitaria y de salud. Por ejemplo, la Unicef los usa como una herramienta clave en su lucha contra el SIDA en Malawi. “Para Unicef hacer su trabajo necesita poder alcanzar la población donde están las madres que necesitan que se les analice la sangre para saber si siguen siendo VIH positivo, o inmediatamente un niño nazca y se sabe que es VIH positivo, hay que ponerlo en antiretrovirales, porque está comprobado que si se pone a ese bebé, a ese recién nacido en antiretrovirales, en las primeras ocho semanas que acaba de nacer, ese bebé puede tener una vida normal”, aseguró Santana.
En 2014, alrededor de 10 mil niños en Malawi murieron por el VIH. Normalmente, puede tomar unos 11 días llevar los resultados a un centro de salud y ocho semanas regresarlo. ¡Esto se resuelve con este drone! “Aquí estamos creando cambio social masivo positivo, porque tenemos una tecnología que nos permite tener el impacto que sabemos que podemos tener; no sólo en el mundo rico, donde sea que la tecnología sea necesaria”, afirmó.
A la fecha, Matternet ha realizado pruebas de transporte de insumos médicos con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según Santana, cuando un usuario tiene que enviar una carga, su única preocupación es que llegue de un punto A a un punto B. El software de Matternet se encarga de recibir la instrucción, analizar la distancia, el peso de la carga y las rutas posibles. Los drones no vuelan cerca de zonas restringidas: aeropuertos, escuelas o parques. También, evitan el mal tiempo. “Imagínate que una persona llega, se le toma una muestra, se lleva al hospital y del hospital ya se sabe lo que esa persona tiene. ¿Le vamos a dar el resultado para que vaya al pueblo a comprar la medicina?, viene con el resultado y la medicina, le cerramos el ciclo en su punto de entrada al sistema de salud, y como le resolvimos el problema ahí, los hospitales no están congestionados, solamente están llenos de las personas que necesitan tratarse problemas graves”, aseguró.
Paola ha sido rankeada por LinkedIn en el Top Professionals under 35, y reconocida por Forbes como una de las 50 mujeres más poderosas de República Dominicana. Y únicamente tiene 31 años, proveniente de una familia clase media, mujer y latina. Pero, no todo fue fácil… “Yo no tenía miedo de que no resultase, yo tenía miedo de fallar, porque en Silicon Valley hay muchos dichos: ´Fail often; falla muy a menudo y falla rápido´. Pero, nadie quiere ser el que falle muy a menudo y falle rápido. Cuando tú fallas, tú le quedas mal a un inversionista. Tú cogiste millones de dólares que te dio un inversionista y los quemaste en fuegos artificiales. Ah, no funcionó. Tú le quedas mal a gente que trabajó contigo durante años, que pudo haber estado haciendo otra cosa en otro lugar, y creyó en ti y se montó en un tren contigo”, contó.
Esta joven emprendedora enfrentó problemas migratorios, escasez, soledad e incertidumbres. Lejos de su familia y zona de confort, se abrió paso y venció… Cuenta que duraron tres años sin poder levantar una capacidad significativa de dinero, lo que muchas veces hacia que no tuviese dinero suficiente para sus necesidades básicas. En medio de todo, encontró una Casa de Emprendedores que la acogió, y allí vivía. “Todos esos problemas se juntan, y tú dices: ´Pero, ¿qué hago aquí?´. Llega un día que tú dices: ´Señores, comer es primero´. Si yo no puedo comer, no puedo pensar. Si yo no sé dónde voy a dormir mañana, no puedo durar tres horas tratando de crear el transporte del futuro. Y déjame decirte que fue una experiencia interesante, porque por primera vez yo me sentí identificada con una persona que no tiene nada”, relató.
Se preguntaba si todo ese esfuerzo valdría la pena, pues el costo emocional era alto: la presión de que no funcionara, y regresar a República Dominicana con tiempo y dinero desperdiciados. “Hay muchos emprendedores que siempre están trabajando en algo y nunca se ve, porque emprender es difícil, 9 de cada 10 startup fallan, y yo tenía miedo de ese fallo. Darle la razón a quienes dicen que emprender es un disparate”, afirmó.
Matternet fabrica sus propios drones, y por otro lado desarrolla todo el sistema de aplicaciones necesario para volarlos, generando una plataforma fácil y amigable. Esta tecnología ha sido reconocida por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y hasta el momento han realizado cinco versiones… Según informes, el mercado de los drones, dispositivos aéreos no tripulados, podría generar un negocio mundial anual de 127,000 millones de dólares (112,331 millones de euros).
Pero, Paola Santana no se queda ahí… Ahora, está desarrollando su segunda compañía: Social Glass, fundada en agosto de 2017, la cual consiste en un ecosistema de software que utiliza tecnologías exponenciales, en este caso inteligencia artificial y el blockchain, para transformar a los gobiernos en entidades de alto rendimiento. “Imagínate que uno de los productos de Social Glass es un Amazon para gobiernos, una plataforma digital, donde la persona encargada de hacer compras gubernamentales puede comprar cualquier cosa que el gobierno necesite: una pila, una batería, hasta una computadora; la compra con varios clics, hay un pliego de condiciones, esas condiciones están digitalizadas, varios clics donde te presenten los distintos suplidores en base a precios, cuál ha sido su rendimiento, la calidad de su producto, con cuáles otras instituciones del Estado, compañías y gobiernos del mundo ha tenido un ´feedback´ positivo o cuándo se guayó y está en la lista negra”, explicó.
Social Glass se encargaría de crear herramientas de gestión con alto nivel de seguridad para empoderar a los gobiernos y facilitar la labor de los servidores públicos… “Yo he vuelto a mi pasión original, que es la política y el sistema de gobierno, pero con una nueva capacidad, súper capacidad, de que ya yo sé de tecnología, yo sé de negocios; entonces, yo estoy aplicando todo lo que aprendí en mi primera compañía para decir: ´No, vamos a hacer esto´”.
Previamente, Paola ha colaborado con el Banco Mundial, la OCDE, la Junta Central Electoral y el Tribunal Constitucional de la República Dominicana en proyectos de infraestructura técnica y gubernamental, integrando tecnologías exponenciales. Más recientemente, ha trabajado con la Casa Blanca, el Congreso de los Estados Unidos, la FAA y la NASA en la redacción y el establecimiento de un marco regulatorio federal para el uso de drones comerciales.
Su trayectoria ha motivado decenas de entrevistas para diversos medios de comunicación en República Dominicana, Estados Unidos y otros países, como Popular Science, The Economist, Wall Street Journal, CNN y BBC. Está muy feliz de lo que ha logrado, pero -sobre todo- de mantener su sencillez y saber de dónde viene. ¡Es definitivamente una visionaria! “Cuando te das cuenta que puedes crear, que naciste para crear. Tú entiendes que la responsabilidad de crear en tu mundo es tuya, no es del otro. Entonces, comienzas a empoderarte, a responsabilizarte de crear el mundo que tú sabes que es posible”, concluyó.