Luis Marino López.

Luis Marino López es el fundador de la cadena de restaurantes Adrian Tropical, Atracciones El Lago y otras empresas. Compartió escenario con José Jiménez Tejada durante el panel “Emprendimiento en alimentos y bebidas”. Allí reveló la guía de elementos que le permitieron pasar de un pequeño quiosco de comida rápida a toda una corporación, un pequeño manual para que los emprendedores que no pueden sentarse a elaborar un plan estratégico puedan desarrollar de igual manera sus ideas. 

Destacó que lo primero que hay que tener claro es que para emprender es necesario implementar tres elementos claves que se resumen en la Fórmula de la “Triple D”:

  • “D” de discernimiento. Para pensar y evaluar el proyecto que vas a hacer, cuáles son los pro y los contra, si conviene o no conviene, si sería aceptada o no.
  • “D” de decisión. Una vez evaluado si se puede o no continuar con la idea, lo que sigue es actuar -hacerlo o no hacerlo-, porque el juego de la indecisión te hace perder nuevas oportunidades.
  • “D” de disciplina. Si ya discerniste y decidiste hacer, tienes que consagrarte a realizar todos los sacrificios posibles para lograr esta propuesta. 

El siguiente paso es construir y manejar la idea a partir de la Fórmula de la Triple A:

  • “A” de “Acptitud”, tal cual está escrito -con c y p-, porque una no puede estar sin la otra. No haces nada con aprovechar algo que no tienes la capacidad de manejar o tener la capacidad de manejar algo que no puedes aprovechar.
  • “A” de Acción. Esta es la que debe manejar y definir la visión o posición en la que has decidido emprender. Es el propósito de desarmar esa visión en pedazos y comenzar a hacer pequeñas tareas divididas por etapas para alcanzar tus objetivos.
  • “A” de Avance. Porque lo único constante es el cambio. Si comienzas un proyecto debes llegar lo más lejos con ese proyecto.

Si consigues manejarte con esta fórmula lo siguiente es utilizar las herramientas para construir esas ideas, que son:

El trabajo. El que se hace de forma enfocada, de manera oportuna y con eficacia. La consistencia. Hacer algo, continuarlo y no dejarlo hasta que lo veas terminado. La perseverancia. Para permanecer cuando aparezcan los retos y las situaciones difíciles.

Finalmente, el último paso es tener presente que para continuar debes evitar:

  • La dispersión. Esa necesidad de querer invertir en distintos proyectos sin darle prioridad a ninguno perdiendo tu energía productiva y tú tiempo.
  • La distracción. Evitar todo aquello que cause distracción y mantenerte siempre concentrado y enfocado en el emprendimiento.
  • El desperdicio. Debe utilizar todos sus medios para no perder tus recursos -de tiempo, dinero o energía sino más bien utilizarlos para enfocarte en tu emprendimiento.
  • La desorganización. Debe ser organizado, en su vida personal y en términos de negocios. Planificar y estructurar cada paso que vayas a dar.
  • El envidiar o imitar. Porque el que envidia o imita pierde la capacidad creativa que Dios le regaló y el foco de lo que está haciendo por estar mirando lo que hace el otro.
  • Los vicios de cualquier tipo porque todos son peligrosos.
  • Manejar el emprendimiento desde el bolsillo. Porque eso impide que tengas un control de lo que entra, lo que sale y lo que queda y por lo tanto no se sabe si hay crecimiento económico o no con el emprendimiento.