Probablemente el vuelo en globo aerostático sea uno de los anhelos más frecuentes; las abundantes imágenes de festivales de estas aeronaves, difundidas en el cine y en la televisión, alimentan el sueño de poder disfrutar la travesía que esta aventura envuelve. Dentro de este marco de atracción y apetencia, un visionario emprendedor supo reconocer una oportunidad y en un arranque de atrevimiento, aunado a mucho esfuerzo, preparación y dedicación, esa visión es hoy toda una realidad y está plasmada en la fresca e innovadora empresa Dominican Balloons, una iniciativa de negocios ideada en la mente del emprendedor Luis Enrique Leonardo, y que, además de ofrecer entretenimiento y servicios publicitarios, transforma en realidad el sueño de muchas personas.

Con poco más de seis años de funciona – miento y una inversión inicial de RD$900,000, Dominican Balloons, es una empresa que brinda un servicio único en República Dominicana: vuelos en globos aerostáticos. Su campo de acción no se limita a ofrecer paseos aéreos para turistas, que sin duda es la actividad protagonista del servicio, sino que, aprovechando la innegable vistosidad de los globos, ofrece servicios publicitarios; de este modo logra sacar el máximo beneficio del activo esencial de la empresa: una estrategia de negocio que a todas luces manifiesta eficiencia y productividad. Por ser un servicio innovador, su puesta en funcionamiento tuvo que recorrer un camino difícil al encontrar barreras y complicaciones que requirió realizar esfuerzos importantes de parte de sus propulsores.

La primera complejidad que se encuentra es la inexistencia de un marco legal que regularice la actividad en el país y que obvia – mente les configuró una problemática. “No teníamos ningún marco de referencia para legalizar los viajes en globo. Tardamos un año exactamente en obtener la licencia de aviación civil y la matriculación del primer globo”, comentó Leonardo.

Actualmente, no todos los escollos han sido superados y siguen enfrentando complicaciones, por ejemplo: la indisposición de las compañías de seguros locales de ofrecer cobertura a la empresa. Sin embargo, la voluntad decidida y organizada del también controlador aéreo encontró las vías para superarlas y lograr establecerse definitiva – mente.

A pesar de las dificultades, la compañía ha sabido dar pasos en el camino del éxito empresarial; ofrece un recorrido exclusivo que está colmado de seducción y encanto. Uno de ellos es el denominado “amanecer caribeño”, una actividad de cuatro horas, que incluye un servicio completo y que inicia con la recogida en el hotel y el traslado al área de despegue, donde comienza una travesía que permite la magnífica experiencia de presenciar el amanecer desde el aire, una sublime escena que resulta difícil de olvidar.

En complemento, el vuelo permite apreciar variados paisajes a unos 2,000 pies de al – tura, abarcando toda la provincia de la Altagracia. Desde Boca de Yuma y pasando por Cap Cana, Punta Cana, Cabeza de Toro, Berón, Bávaro, Macao e Higüey. Una vez en tierra, los usuarios disfrutan de un desayuno continental, acompaña – do de queso fresco y un tradicional brindis con champaña, para luego emprender el traslado de vuelta.

Para disipar algunas dudas que pudieran surgir en cuanto a la seguridad que tiene este tipo de esparcimiento, la empresa certifica que todo el personal involucrado cuenta con la formación y el adiestramiento correspondiente para ejercer sus funciones y exhibe un profundo compromiso por mantener y establecer las medidas de seguridad requeridas para garantizar la tranquilidad de sus clientes.

Con un servicio tan atrayente y tentador, la empresa se asegura una fluida circulación de clientes que expresan plena satisfacción y complacencia por la experiencia. De este modo, el objetivo de los propulsores de Dominican Balloons, Luis Enrique, José Antonio y Elías Leonardo, de convertir sueño s en realidades es una visión que se transforma en una certeza y que brinda a la empresa un porvenir sólido y ascendente.

Puedes amplia la información en la edición 25 de la Revista Emprendedores